01 febrero 2014

Los Jameos del Agua


Los Jameos del Agua, al igual que la Cueva de los Verdes, se localizan en el interior del mismo túnel volcánico producido por el Volcán de la Corona, cuya última erupción registrada fue hace más de 3.000 años, en la sección de este túnel más cercana a la costa.


Los Jameos del Agua, están formados por tres Jameos (o aberturas en el terreno).
El “Jameo Chico” por donde se realiza el acceso al interior, el “Jameo Grande” y un tercero, llamado “Jameo de la Cazuela”.

Tras cruzar la entrada y descender una escalera de caracol construida en la roca volcánica, llegaremos al primer Jameo, El “Jameo Chico”, que se ha aprovechado con la habilitación de un restaurante adornado con abundante vegetación. Sólo opera como tal, los martes, viernes y sábados por la noche.





En el otro extremo de este espacio trabajado para el visitante, se encuentra el "Jameo Grande" de unos 100 metros de largo por 30 de ancho, donde se ha colocado un exótico jardín de palmeras, cactus, crotos e higueras, que rodean una piscina blanca esmaltada, para conseguir crear un mayor contraste con la negra roca volcánica.







Al final del "Jameo Grande", en la parte que da al Volcán de la Corona, se abre una sala de conciertos, de arquitectura y acústica admirables, en la que se hacen conciertos y actuaciones de teatro, ballet, etc...









Y justo en medio de los "Jameos Grande y el Chico", unidos entre sí por una pasarela de piedra mimetizada con la roca, se haya el "Jameo de la Cazuela", donde como si de un manantial en el monte se tratara, emana agua salada a través de la roca volcánica, que la filtra y crea un lago de agua estancada, limpia y cristalina.







Este lago salado de Los “Jameos del Agua” es muy importante desde el punto de vista ecológico, ya que existe, entre otras especies endémicas que quedaron aquí atrapadas para siempre, una especie de cangrejo única en el mundo, los cangrejitos (Munidopsis polymorpha), de apenas un centímetro de longitud, albinos y ciegos, que puntean curiosamente el oscuro fondo.








Estos cangrejos son muy sensibles a los cambios de la laguna por lo que el ruido y la luz les afecta.


También lo son al óxido, que puede llegar a matarlos, por lo que está prohibido tirar monedas al agua.




Este cangrejo se considera, según una ley del Gobierno de Canarias, el símbolo natural de la isla de Lanzarote, conjuntamente con la tabaiba dulce.