05 marzo 2014

La península de Jandía.

Vistas a la playa de Cofete desde el Mirador de los Canarios.

La península de Jandía, perteneciente al municipio de Pájara, a sur de la isla, es la zona más montañosa, y por tanto donde se registran las mayores altitudes de la isla, apenas unos 812 metros en el Pico de la Zarza.
 


Esta península tiene dos mitades claramente diferenciadas.















Una, eminentemente turística, en la vertiente este, que recorre toda la costa desde Costa Calma hasta Morro Jable, conformando prácticamente una sola playa de arena clara y muy fina.

 
Aquí, la infraestructura hotelera es de las más importantes de Canarias, aunque eso no quita, para que haya zonas casi desérticas, que son el paraíso de surfistas, windsurfistas, etc.

 
La otra parte de la península de Jandía, es la zona más salvaje de la isla, donde las carreteras ya no son de asfalto, son pistas de tierra, y su visita necesita un mínimo de una jornada completa.



 
Desde Morrojable parte una pista que bordea la costa y termina en el Faro de Jandia.
 
Por el camino, nos encontraremos con rebaños de cabras que andan y pastan libremente, hasta la época en la que los pastores se reúnen para "apañarlas", en lo que se reconoce como una técnica de pastoreo única en el mundo.

 



Justo antes del Faro, encontraremos el pequeño caserío de Punta Salinas, con un restaurante donde para a descansar un rato del polvoriento camino y degustar alguna especialidad típica como pudieran ser unas lapitas o un "salpicón de pulpo".



Faro de Jandía.
 
Desde el Faro de Jandía, la pista continua hasta la Punta Cotillo, atravesando la Playa de los Ojos, que son dignos de visitar, pero lo mejor de esta excursión esta aún por llegar.

 
Regresando por donde vinimos desde Morro Jable, encontraremos un cruce que asciende las montañas en dirección a Cofete, un minúsculo pueblo dejado de la mano de Dios, que sólo tiene como infraestructuras un pequeño bar y un monumento al pastor majorero y su perro, pero que cuenta con la playa más larga de Canarias.

Casi 10 kilómetros de longitud de arena rubia, en las que perderse en una caminata en la que raramente te tropezarás con alma alguna.

 



Ya por el desértico y polvoriento camino, encontraremos algunos miradores estratégicos desde los que se contempla en la lejanía la magnitud de esta playa, que si cuentas con la rara fortuna de contar con una climatología favorable, bien podría ser de las mejores del mundo, aunque que por desgracia, o no, lo normal son los tremendos vientos que azotan con tal intensidad que favorecen la desertización de este singular entorno.


 





A una poca distancia del pueblo de Cofete, nos encontramos con La Casa de los Winter, una enigmática construcción en medio de la nada, que dio para muchas leyendas oscuras, cuentos y habladurías poco documentadas acerca de los nazis.






Si te quedas con ganas de ver la playa desde otra perspectiva, hay otra posibilidad de apreciarla en todo su espendor, que es localizar el Mirador de los Canarios.
Este mirador, queda un poco perdido, pues hay que encontrar la carretera que asciende el barranco del mismo nombre, en un desvío en una gasolinera de la antigua carretera que va desde Costa Calma hasta Morro Jable, hoy en deshuso debido a la nueva autovía.
La entrada a esta carretera es una zona privada, pero se puede pasar circulando despacio, aunque muchas veces te encuentres con una cadena puesta. Son los "listillos" de los "jeeps turísticos" los que la colocan para evitar que los turistas curiosos la descubran "sin pasar por ellos", ya que el dueño de ese terreno nos explicó que él la deja sin candado.



 

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